Yo, Ludwig van Beethoven

Hola, soy Ludwig van Beethoven. Nací hace mucho tiempo, en el año 1770, en una ciudad de Alemania llamada Bonn. Desde que era muy pequeño, la música fue mi mejor amiga. Antes de aprender a leer palabras, ya sabía leer las notas musicales. Me encantaba sentarme frente al piano y sentir cómo mis dedos creaban sonidos maravillosos. A veces, inventaba mis propias melodías, canciones que solo existían en mi imaginación hasta que las tocaba. Mi padre fue mi primer maestro y era muy estricto. Me hacía practicar durante horas y horas, y a veces mis dedos se cansaban. Pero en cuanto una hermosa melodía llenaba la habitación, todo el esfuerzo valía la pena. La alegría de crear música era el mejor premio de todos.

Cuando crecí, en 1792, decidí mudarme a Viena. ¡Viena era la ciudad de la música!. Era como un sueño hecho realidad. Por todas partes se escuchaban violines, pianos y orquestas. Allí aprendí de los mejores maestros y pronto la gente empezó a hablar de mí. Decían que tocaba el piano de una forma diferente, con mucha fuerza y emoción. No solo tocaba las notas escritas en el papel, me encantaba improvisar, que es como inventar la música en el momento. Cerraba los ojos y dejaba que mis manos contaran historias de alegría, de tristeza o de aventura. Quería que mi música fuera grande y poderosa. ¿Alguna vez has escuchado cuatro notas que suenan como si el destino llamara a la puerta?. ¡Ta-ta-ta-TAAAN!. Esa fue una de mis ideas, para mi Quinta Sinfonía. Quería que la gente sintiera algo grande al escucharla.

Con el paso de los años, algo muy triste comenzó a pasar. Los sonidos del mundo empezaron a desaparecer para mí. El canto de los pájaros, la risa de un amigo, el sonido de la lluvia… todo se hacía cada vez más silencioso. Estaba perdiendo el oído. Al principio, me sentí muy solo y asustado. “¿Cómo puede un músico vivir sin oír?”, me preguntaba. Pero entonces descubrí algo increíble. Aunque mis oídos no podían escuchar, la música dentro de mi cabeza sonaba más fuerte y clara que nunca. Aprendí a escuchar con el corazón. Ponía mis manos sobre el piano para sentir cómo vibraba con cada nota. La música estaba en todo mi cuerpo. Fue en esa época cuando escribí algunas de mis obras más famosas, como mi Novena Sinfonía, que tiene una melodía muy famosa y feliz llamada la “Oda a la Alegría”.

Dejé este mundo en el año 1827, pero mi música nunca se fue. Es un regalo que dejé para todos ustedes. Aunque mi vida tuvo momentos difíciles, siempre encontré la forma de llenar el mundo de belleza y emoción a través de mis sonidos. Mis melodías y sinfonías siguen viajando por el mundo, haciendo que la gente se sienta valiente, alegre y llena de esperanza. Esa fue siempre mi manera de hablar con el mundo, y me hace feliz saber que mi música lo seguirá haciendo para siempre.

Preguntas de Comprensión de Lectura

Haz clic para ver la respuesta

Answer: Nací en la ciudad de Bonn.

Answer: Me mudé a Viena porque era conocida como la ciudad de la música y quería aprender de los mejores maestros.

Answer: Podía componer porque la música sonaba en mi cabeza y sentía las vibraciones del piano con mis manos.

Answer: Quería que mi música hiciera que la gente se sintiera valiente, feliz y llena de esperanza.